El beneficio de ser un defensor de la ecología

La humanidad, con sus avances científicos y tecnológicos ha logrado superarse cada vez más, en el ambicioso camino de conquista de mares, cielos y hasta otros planetas, hemos dejado en segundo plano la salud del hogar donde convivimos todas las especies del mundo.

La humanidad está perdiendo la oportunidad de adaptarse a los ecosistemas de la Tierra con comportamientos que son sostenibles, éticos y justos. Como lo demuestra la crisis climática, la destrucción gratuita del medio ambiente y la miseria humana, hemos cometido errores junto con lo que hemos hecho bien.

No hemos estado cambiando la forma en que vivimos lo suficientemente rápido como para mantenernos al día con el aumento de los impactos ambientales de los que ahora somos capaces, siendo el cambio climático un ejemplo visible. Lo hacemos por razones tanto pragmáticas como éticas.

La contaminación por basura es una de las principales enfermedades que cada año afecta tierras y aguas, impactando negativamente a las especies. Atacando esa realidad, Alemania ideó en 1991 el sistema dual de desechos, una iniciativa cuyo objetivo es reciclar los empaques de los productos y de esta forma reducir los volúmenes de desperdicios en el país.

Ser ecologista es un trabajo de todos

La exitosa propuesta, que actualmente se aplica en más de 15 países europeos así como en algunas naciones americanas, requiere principalmente de la responsabilidad de los ciudadanos que deben seleccionar la basura y depositarla en los contenedores que corresponda, así pues plástico, metales, desechos orgánicos, vidrio, papel y cartón son separados, para luego ser trasladados a empresas recicladoras.

Con un punto verde en la envoltura se identifica que ese producto forma parte del sistema en el que participan las industrias aportando a través del pago de licencias del punto verde el capital necesario para la cancelación de los gastos relativos a la selección, traslado y reciclaje.

Aquellas empresas que logran reducir el peso de sus empaques, son incentivadas con la reducción de la cuota de la licencia, ya que ello implica menor cantidad de materia prima utilizada para elaboración del envase así como menor volumen de desecho.

A través de esta política ambiental, de acuerdo a datos suministrados por Alemania, la generación de desechos por ciudadano se redujo en 14% demostrando que gobiernos y ciudadanos son responsables del cuidado de los espacios que habitan y en equipo es posible revertir el daño generado al planeta en el que vivimos.

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